Dedicaremos esta entrada de blog y la siguiente a hablar de la displasia de cadera, otra de las enfermedades comunes en nuestra raza y quizás la que más miedo infunde a propietarios o futuros propietarios. ¿Que es la displasia de cadera?La Displasia de Cadera es la enfermedad osteoarticular más frecuente en perros. Es una enfermedad típica de perros de razas grandes y medianas, menos frecuente en razas pequeñas. Se presenta con una mala congruencia de la cavidad acetabular (cadera) con las cabezas femorales que pueden aparecer luxadas o sub luxadas, es decir, fuera de su lugar natural. La cabeza del fémur al no tener un buen recubrimiento “baila” y esto produce estrés, inflama y debilita la articulación y los tejidos periarticulares. Es muy frecuente que aparezcan cambios degenerativos de osteoartrosis. La osteoartrosis que aparece debido a la displasia causará los problemas de inflamación, dolor, que a su vez harán que el perro cargue más peso en las manos, menos en los posteriores, reduciendo la actividad muscular de estos y generando la atrofia muscular en el tercio posterior que agravará los síntomas. Síntomas y diagnósticoLos síntomas varían un poco dependiendo de la raza y sobretodo de la edad del perro. Para el diagnóstico se suele realizar una radiografía en distracción, es decir con el perro tumbado hacia arriba y tracción simétrica en los miembros posteriores, normalmente con el perro anestesiado o muy sedado. No siempre los síntomas guardan relación con el resultado de la radiografía. A veces observamos perros con mucha displasia y que presentan poco dolor o incluso nada y también el caso contrario, mucho dolor con un resultado en la exploración radiológica no tan malo. El dolor depende más de la inflamación de la articulación (sinovitis) entre otros factores que de la displasia en si. A partir de los 5 o 6 meses, empiezan los signos de alerta, el perro se para mal (saca una pierna hacia fuera), tiene dificultad para mantenerse en pie, no carga peso en los posteriores, pueden tener signos de dolor después del ejercicio, resbalar, caerse y presentar la marcha típica del perro con displasia que es el balanceo de la parte posterior y la carrera como un conejo, es decir, avanzando las dos patas posteriores al mismo tiempo. También pueden observarse otros comportamientos como cambiar el humor de forma súbita, volverse más agresivo y rehuir la presencia del propietario. A veces al final del crecimiento los síntomas desaparecen o se minimizan mucho, quedando como único signo claro la marcha en balanceo. La displasia de cadera tiene claros índices de heredabilidad, aunque muchas veces los perros son portadores pero no la desarrollan. Influyen factores tanto ambientales como el desarrollo rápido y la nutrición así como factores genéticos. Podemos ver hijos con displasia de cadera de padres normales e incluso viceversa, aunque dado el alto riesgo de transmitir la enfermedad a la descendencia no se debería hacer criar a padres enfermos. PrevenciónEl exceso de peso y una dieta no variada son factores que han demostrado aumentar las posibilidades de padecer la enfermedad. El periodo más crítico del desarrollo de esta enfermedad es entre los 3 y 8 meses. La reducción de la ingesta calórica y un ejercicio regular sin mucho impacto podría ser una decisión interesante para evitar la displasia de cadera en esta fase. En los perros mayores, los problemas vienen determinados como consecuencia de la artrosis que presentaran. Los síntomas mas típicos son la dificultad para levantarse, la marcha en balanceo de las caderas, la carga de mucho más peso delante caminando ayudándose de las extremidades anteriores (remando más que propulsando), dificultades visibles para ponerse sobre los posteriores, subir escaleras, entrar al coche o subirse al sofá. La posición típica que adopta un perro con artrosis de cadera es con las patas abiertas para aumentar la base de sustentación y la cabeza hacia delante para cargar más peso en la parte anterior. También se puede apreciar una atrofia muscular en la cadera y extremidades traseras. En ocasiones se observa que presentan cojera que desaparece después de caminar un breve período de tiempo, que sufren más por la mañana al levantarse, sobretodo si no se ha descansado de forma correcta o sobre un colchón adecuado, y que las extremidades las suelen colocar flexionadas mientras caminan, realizando pasos cortos ya que les duele la extensión de las caderas y presentan una reducción de la masa muscular de los posteriores (atrofia) muy importante. Los tiempos de los paseos se reducen mucho, el perro se sienta o se tumba y no quiere salir a pasear o para mucho durante el paseo. Aunque existen diversas clasificaciones, la Federación Canina Internacional se basa en esta clasificación:
TratamientoAunque existen métodos quirúrgicos: escisión del músculo pectineo, triple osteotomia de cadera, artroplastia de la cabeza femoral, forage, prótesis de cadera… al final el tratamiento es puramente paliativo. Métodos incluídos en la farmacología serían: antiinflamatorios y protectores de cartílago.
La fisioterapia y las órtesis como el soporte de cadera también ayudan mucho a desarrollar mejor la musculatura sin dolor, a sacar tensiones y eliminar compensaciones que el perro ha realizado. Hay muchas formas de ayudar a un perro con displasia de cadera. Es muy recomendable por ejemplo la reducción de la carga en la cadera bien reduciendo el peso del animal o ayudándonos de una silla de ruedas, que propiciará el ejercicio moderado y sobretodo regular. Este ejercicio físico nos ayudará mucho a mejorar la masa muscular que soportará mejor la mala congruencia articular. La fisioterapia y los masajes permiten tener siempre al perro en un estado muscular correcto. Los protectores de cartílago retrasan la aparición de la artrosis y los antiinflamatorios y órtesis evitan o reducen el dolor. También es muy aconsejable proteger la articulación del frío con mantas térmicas o un soporte de cadera y en caso de que al perro le cueste levantarse ayudarlo con un arnés para posteriores. Es importante que el perro se sienta cómodo y que le estimulemos a moverse y hacer ejercicio. Es recomendable también dormir en una cama para perros de viscoelástica y no exponer el perro al frío ni a mucha humedad. Fuente: ortocanis Aunque el factor genético está claro hay muchos otros que pueden influir en el desarrollo de la displasia. Padres sanos podrían tener hijos con displasia y viceversa. Así mismo aunque se produzca la transmisión del gen que provoca la displasia puede ser que ésta no se desarrolle. ¿Podemos hacer algo? Por supuesto, el criador realiza una labor haciendo una cría controlada con pruebas de salud, pero vemos que esto no es una garantía para que la displasia no aparezca. En las manos del futuro propietario recaerá también una labor fundamental: evitar saltos bruscos, escaleras, ejercicio excesivo (un cachorro no debe hacer ejercicio excesivo hasta que haya completado su desarrollo físico), evitar suelos resbaladizos, arena seca de la playa donde la inestabilidad es mayor, una alimentación equilibrada, evitar cachorros obesos, etc. Soy consciente de que son muchas advertencias y que a todos nos gusta disfrutar de nuestro cachorro, pero más vale prevenir que lamentar y si no estás dispuesto a cumplir esas advertencias, quizás esta no sea tu raza. Para terminar con esta entrada vuelvo a incluir de nuevo la imagen de las caderas de un cachorro que ya colgué en mi primer post. Creo que es muy significativa para concienciar a futuros dueños y explicar el por qué de todas estas advertencias.
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AutorLucia Gomez, Earthshine Newfoundlands Archivos
Junio 2023
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